Durante el recorrido una de las primeras paradas son Otaya y Quillallacta, las puertas no se abrían y que estaciones como Pobre Diablo y Pujilí permanecieron cerradas.
Otro de los problemas fue la falta de señalización ya que los buses no sabían en qué parte estacionarse para recoger a los pasajeros.
Fuente: Ecuavisa
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